
Los verdaderos amigos son más que personas con las que pasamos tiempo. Son quienes nos ayudan a crecer, revelan nuestro potencial más auténtico. Podría decirse que, espiritualmente hablando, volvernos un mejor amigo es nuestra principal prioridad. La amistad verdadera es la esencia de la espiritualidad, porque es la expresión de amar a tu prójimo como a ti mismo. Al amar a otra persona, estamos amando a la Luz en el sentido más profundo porque la Luz está en todas las personas.