Cuando pensamos en almas Gemelas regularmente lo que viene a nuestra mente es alguien que encaja perfectamente a nuestra personalidad, o tal vez, pensamos quienes alguien con quien nunca discutimos, o nos imaginamos que es alguien que intuye todas nuestras necesidades sin que nosotros tengamos que mencionarlas. Y por supuesto que sería genial que no fuese necesario tener que decirle a alguien que es lo que necesitamos y que esa necesidad sea cubierta casi de inmediato. Sin embargo, propiamente este tipo de relación no es una relación de alma gemela.
Un alma gemela no es exactamente alguien que hace que nuestra vida sea un paseo por el parque para siempre, desde el punto de vista espiritual,un alma gemela es nuestra otra mitad, la parte que completa nuestra alma. Que nos ayuda a crecer y a mejorar a cada pasó, esto implica que puede ser aquella que incluso nos presiona constantemente.
Como almas humanas estamos en este mundo específicamente con el propósito de aprender a compartir incondiscionalmente y de eliminar las capas de negatividad que no nos permiten revelar luz. Es este proceso de aprendizaje que nos permite revelar una cantidad suficiente de luz para poder atraer a nuestra alma gemela, es como si pusiéramos un faro que le indica en donde nos encontramos.
Después de que hemos trabajado lo suficiente para eliminar estas capas de negatividad y hemos aprendido a compartir que podemos encontrar a nuestra alma gemela en nuestra vida.
Cada alma es lanzada a un viaje único en el cual cada experiencia que vamos teniendo nos acerca y guía gradualmente a nuestra alma gemela; este viaje incluye muchas relaciones, incluso algunos matrimonios, uno que otro ocasional divorcio, a lo largo de nuestras vidas.

El propósito de cada relación es juntarnos con la persona adecuada, por lo menos en ese momento, que puede activar reacciones en nosotros. Con la única finalidad de que podamos identificar aquello que necesitamos transformar y de esa manera dar un paso hacia nuestra alma gemela.
Si nos reunimos con nuestra alma gemela, aunque es motivación suficiente el hecho de encontrar el amor verdadero, también creamos un cambio en el planeta, cuando ya nos hemos unido con nuestra alma gemela estamos inspirados en el deseo de compartir, en el amor incondicional que empezamos a llevar hacia todo el mundo; realizamos actos maravillosos que van a contribuir al cambio en la consciencia de las demás personas.