Imagínate esto: estás corriendo por la vida como pollo sin cabeza. Te levantas, desayunas apurado, checas el WhatsApp, se te va una hora en TikTok, te acuerdas que tenías una junta, no la preparaste, y ahí vas otra vez, sobreviviendo el día. ¿Te suena familiar?
Ahora, ¿qué pasaría si en vez de meterle más cosas a tu agenda, simplemente la acomodas diferente? No se trata de tener más tiempo, sino de saber usarlo. Y ahí entra la magia de simplificar tu vida… como cuando haces limpieza de clóset y descubres que tenías tres pantalones negros exactamente iguales.
El arte de hacer más con menos (sin volverte loco)
Según la Medicina Tradicional China (MTC), todo se trata de flujo: el Qi, esa energía vital que te mantiene con vida, necesita circular. Y adivina qué bloquea ese flujo… sí, el caos mental. Si tu cabeza está llena de pendientes, decisiones sin tomar y cosas a medias, tu Qi se estanca, como tráfico en viernes a las 6 de la tarde.
En la Kabbalah, hay un principio que dice que la Luz solo entra donde hay espacio. O sea, si tu día está lleno de ruido, distracciones y multitasking inútil, no hay lugar para que entren nuevas ideas, creatividad o inspiración. Estás saturado.
Entonces, lo primero que hay que hacer es lo que en el mundo del Tai Chi llamamos “soltar lo innecesario”. No porque seas flojo, sino porque tienes que liberar espacio interno para que lo esencial fluya bonito.
La técnica ninja de los tres en uno 🥋☕
¿Tienes mil cosas que hacer? Pues agrúpalas como combo de hamburguesa con papas y refresco.
Te doy un ejemplo real y sabrosón:
Tienes que entregar un trabajo, ver a una amiga y llamar a tu mamá. Fácil.
Te llevas a tu amiga de copiloto, le das el trabajo mientras manejas, y en el trayecto, llamas a tu mamá. Cuando llegas, te echas el cafecito con tu amiga ya relajado. ¡Pum! Tres en uno y sin estrés.
Así, en vez de andar apagando fuegos todo el día, haces que las actividades se sincronicen como si fueran una coreografía de Qi Gong.
El superpoder de las listas… pero con sabor
A ver, no se trata de vivir como robot programado, pero sí ayuda tener un mini plan. Una lista de pendientes cada mañana puede ser tu varita mágica. Y si te atreves a hacer varias cosas a la vez, incluso si al principio parece que tu cerebro se va a freír como tostadora, vas a entrenarlo para ser más creativo y eficiente.
Piensa que es como hacer Tai Chi: al principio se siente raro, lento, confuso… pero poco a poco tu cuerpo y tu mente se van coordinando y hasta lo disfrutas. Te sientes más ligero, más centrado, más tú.
Y aquí va lo más importante…
No es que tengas que hacer TODO. Es que tienes que hacer lo que importa, y hacerlo con inteligencia.
La creatividad no solo es pintar cuadros o escribir poesía. También es aprender a vivir tu día como si fuera una obra de arte bien armada: con intención, ritmo y armonía.
“El que simplifica, vive. El que se complica, solo sobrevive.”
Así que la próxima vez que sientas que no te alcanza el tiempo, no te preguntes “¿qué me falta?”, sino “¿qué puedo soltar?”
Y si puedes combinar tus pendientes con buena compañía, algo rico de tomar, y un poco de sentido del humor… mejor.
Haz espacio, junta lo que se pueda juntar y fluye. Tu Qi, tu mente y tu corazón te lo van a agradecer.
¿Te gustó? Compártelo con ese amigo que vive en modo caos.
Y cuéntame: ¿qué actividad de tu día podrías simplificar hoy? 👇✨





Deja un comentario