Noventa y nueve monedas

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Había una vez un rey muy triste que no lograba entender por qué su sirviente, a pesar de vivir con ropa vieja y sobras de comida, era el más feliz.

El rey mandó llamar a uno de sus sabios para preguntarle por qué su sirviente era tan feliz. El sabio contestó:

—Es que vive fuera del círculo.

—¿Cuál círculo?

—El círculo 99. Para demostrártelo debemos hacerlo con él, pero ya no será feliz.

El rey contestó:

—No me importa, quiero que entre al círculo.

El sabio le pidió 99 monedas de oro al rey, quien sorprendido accedió. En la noche fueron a casa del sirviente y por la ventana lo vieron feliz, cenando con su familia. Dejaron las monedas, tocaron a la puerta y corrieron a esconderse.

El sirviente abrió y vio las monedas. ¡Wow, era el hombre más feliz del mundo con todo ese dinero! Emocionado, lo contó para descubrir que eran 99 monedas, de seguro había una más que se cayó en algún lado. La buscó desesperado, sin hallarla; culpó a la esposa, pero ella no sabía nada. Entonces, decidió trabajar dos turnos al igual que su esposa, pues creía que teniendo 100 monedas de oro sería rico y se sentiría completo.

Con tanto trabajo dejó de ver a sus hijos, no dormía y llegaba de mal humor y contestón con el rey. Hasta que un día el rey lo corrió por su mala actitud.

Moraleja: siempre esperamos más y nunca es suficiente, por lo tanto, la felicidad siempre se espera y nunca llega, no entres al círculo.

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