¡¡¡ Cero estrés, cero maldad !!!

¡Tu alma lo está pidiendo a gritos!¿Te acuerdas de esa risa que te dolía la panza? ¿De esa adrenalina inocente por hacer algo “prohibido” pero sin maldad?Sí, esa risa que venía de lo más profundo, como si el alma se sacudiera la rutina.Ahora respóndete con honestidad brutal: ¿cuándo fue la última vez que hiciste una travesura?
Porque sí, crecer trae responsabilidades… pero ¿quién dijo que tenía que quitarnos la chispa?¿Quién nos vendió la idea de que ser adultos es sinónimo de serios, rígidos, controlados y hasta un poquito amargados?
🧠 El problema no es que crecimos.

El problema es que olvidamos cómo jugar.
Pasamos de mojarnos con la manguera a esperar vacaciones en hoteles caros.De escondernos detrás del sillón para dar un susto, a escondernos detrás de filtros de Instagram para que no se nos note el cansancio del alma.
Y no me malinterpretes… no se trata de evadir responsabilidades.Se trata de no abandonar a ese niño o niña que todavía vive dentro, esperando que le abras la jaula y lo dejes correr tantito por el mundo.
🧩 ¿Y entonces qué es lo que propones?

💡 Haz una travesura. Sí, como lo oyes. Hoy. Ya.Una que sea sana, inocente, divertida. Que te saque de la rutina y te regrese al cuerpo.
Aquí van unas ideas simples (y legendarias):
Marca a un amigo y dile en tono serio: “Me urge que me digas si es el veterinario… ¡porque me contestó un perro!”
Manda un mensaje en clave a tu mejor amiga y dile que es una profecía del futuro.
Pon una alarma que diga “tiempo de bailar” y ¡hazlo aunque sea 30 segundos!
Esconde un mensajito bonito en el bolsillo de alguien que quieres y actúa como si tú no fuiste.

No se trata de hacer locuras. Se trata de romper tantito el molde. De recuperar el juego.

Cuando juegas, el corazón se relaja, la mente se oxigena, el estrés huye por la ventana, y hasta el sistema inmune te lo agradece.
Las travesuras nobles son medicina para el alma.Rompen la rigidez y le dan un respiro al adulto que a veces se toma todo tan en serio que se le olvida vivir.
La vida no necesita ser perfecta para ser divertida. Solo necesita que tú estés despierto, curioso… y un poquito travieso.

Hoy haz una travesura. Y si puedes, hazla con alguien.Porque reírte solo es bonito, pero reírte con otro es terapéutico.Y cuando termines de reírte, cuéntame qué hiciste. Te prometo que no voy a juzgarte, al contrario… puede que me inspires a hacer la mía también.💬 Y tú, ¿cuál fue la última travesura que hiciste? ¿Te animas a hacer una hoy?Escríbelo abajo, mándalo por WhatsApp o ponlo en tus redes. Porque si algo necesita el mundo, es gente que se atreva a vivir con ligereza.

🌀 Recuerda: Una vida sin travesuras es una vida que se toma demasiado en serio a sí misma. Y eso, mi hermano/a… eso sí es una travesura peligrosa.