¿Te sientes estancado? ¡Planea un viaje aunque sea a la esquina y revoluciona tu vida!

Written by:

¿Sabías que podrías cambiar todo tu estado de ánimo, tu energía y tu motivación… solo con planear una escapadita? Sí, aunque sea a un pueblito a 30 minutos de tu casa. No necesitas pasaporte ni presupuesto millonario. Solo necesitas ganas. Y hoy te voy a contar cómo hacerlo y por qué esto puede ser justo lo que tu alma te anda pidiendo a gritos.

¿Por qué planear un viaje te puede cambiar la vida (aunque todavía ni salgas)?

Cuando decides armar un viaje, aunque sea mini, tu mente se pone en “modo misión secreta”.

Tu energía empieza a fluir diferente: se liberan endorfinas, sube tu motivación y, de repente, las cosas que te agobiaban se ven más chiquitas.

¿Y sabes por qué?

¡Porque te estás dando un propósito a corto plazo que sí o sí genera adrenalina positiva!

Tu cerebro ama tener algo bonito que esperar. Ama la anticipación. Y tu cuerpo, ni se diga: entiende que vienen cambios de aire, descanso, nuevos paisajes, nuevas risas. ¡Y eso es vida pura!

¿Pero cómo le hago si ando corto de tiempo o lana?

¡Relájate! No necesitas un viaje a Islandia para darle reset a tu vida.

Puede ser:

Una escapada de un día a un pueblito mágico. Un fin de semana en la casa de algún amigo o familiar que viva cerca. Una noche en una cabañita que rentaste en oferta. ¡Hasta irte a un parque nacional que no conoces, aunque esté a 40 minutos!

El punto no es ir lejos. El punto es IR. El punto es PLANEAR.

¿Cómo empiezo mi escapadita mágica? Paso a paso:

Saca tu calendario: Busca un día (o dos) libres próximamente. No te esperes a “cuando tengas tiempo”, ¡haz el tiempo! Define tu presupuesto real: No es lo que te gustaría, es lo que tienes ahora. Aunque sean $500 pesos, ¡hay opciones! Creeme, lo simple es a veces lo más bonito. Elige tu destino: ¿Un pueblito con quesadillas y pan artesanal? ¿Una playita escondida? ¿Una montaña para caminar? Piensa en lo que te gustaría saborear, respirar, o vivir. ¿Con quién quieres compartirlo? Puede ser con tu mejor amigo/a, tu pareja, tu hijo/a, tu mamá… ¡o contigo mismo! (Viajar solo es un apapacho al alma, por cierto). Haz una mini lista de cosas que te emocionaría llevar: Un librito, una libreta para escribir, tu playlist favorita, una cámara para atesorar recuerdos. ¡Planear la maleta ya es media aventura!

Una reflexión de compa:

Hay un momento en la vida donde sentimos que todo es rutina, que los días pasan como fotocopias en blanco y negro.

Pero ¿sabes qué? No siempre necesitamos un gran cambio externo para transformar nuestra vida.

A veces solo necesitamos darle a nuestra alma una ventanita abierta por donde entre aire fresco.

Un pequeño viaje puede ser esa ventanita. Y a veces, esa ventanita termina abriéndonos puertas que ni sabíamos que existían.

Viajar, aunque sea cerquita, aunque sea poquito, es recordarte a ti mismo que mereces respirar, vivir, disfrutar y renovarte.

¿Y ahora qué? ¡Ponte en acción!

Hoy mismo:

Elige tu fecha. Busca tu destino. Empieza a planear esa escapadita como si fuera un evento VIP.

No lo dejes para luego. Tu alma necesita saber que tú también la llevas de vacaciones.

Cuéntame en los comentarios o por mensaje:

¿A dónde te gustaría escaparte próximamente?

¡Vamos armando el plan entre todos y contagiándonos de energía viajera!

Deja un comentario