Voy a contarte una historia que trata de un hombre que siempre hacía frazadas mucho más largas que los demás fabricantes de frazadas y, claro, era el que más vendía porque costaban lo mismo que las cortas. Un día llegó a verlo un vendedor de frazadas y le preguntó:
—¿Oiga, no pierde dinero al hacerlas 20 centímetros más grandes?
El señor sonrió, contestándole:
—Al contrario, logro que mi objetivo de venta se supere porque esos centímetros de frazada que comenta son los que más calientan. Al escogerlas, la gente lo nota de inmediato.
La moraleja es que nosotros podemos dar a nuestra gente ese extra que más calienta. Cuando en ti nace ese pequeño extra para los demás te lo agradecen mucho. Por ejemplo: tienes un intercambio de regalos y es de 200 pesos. Qué tal si consigues algo mucho mejor de 250 pesos; 50 pesos no te harán ni más rico ni más pobre, en cambio, darás más calidez.
Ese es el pequeño extra que puedes dar a todo lo que hagas en tu vida, en tu relación de pareja, en el trabajo o en cualquier situación. Acostúmbrate a poner el plus.
¡¡¡ Cero estrés, cero maldad !!! 
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