A ver, dime la verdad… ¿Cuándo fue la última vez que viste el cielo sin pensar en nada más? No hablo de mirar el pronóstico del tiempo en tu celular ni de quejarte porque va a llover justo cuando querías salir. Me refiero a simplemente acostarte, ver las nubes y dejar que tu imaginación haga su trabajo.
Sí, sí… suena demasiado simple, pero piénsalo: ¿cuándo fue la última vez que te sentiste realmente inocente? No en el sentido de “no haber hecho nada malo”, sino en el de ver el mundo sin malicia, sin juicio, con la misma curiosidad y asombro que tenías cuando eras niño.
Porque, seamos sinceros, en algún momento de la vida nos vendieron la idea de que ser adultos significa perder esa capacidad. Que la inocencia es cosa de niños y que crecer implica volverse escéptico, desconfiado, hasta un poco cínico. Y claro, la vida nos da golpes que nos hacen creer que así tiene que ser. Pero… ¿y si te dijera que no?
La inocencia no se pierde, solo se esconde
No es que la hayas perdido para siempre. No es que ahora seas un robot sin emociones que solo vive para pagar cuentas y cumplir responsabilidades. Esa parte tuya, la que ve el mundo con ojos nuevos, sigue ahí, debajo de las capas de preocupaciones, noticias alarmantes y la rutina del día a día.
Y lo mejor es que recuperarla no es complicado. De hecho, puede ser increíblemente sencillo.
El truco para recuperar tu inocencia en menos de 10 minutos
Haz esto:
1. Sal al aire libre (o asómate por la ventana, todo cuenta).
2. Mira el cielo sin prisa, sin propósito, sin esperar nada.
3. Busca figuras en las nubes. ¿Un dragón? ¿Un barco? ¿Un perrito con sombrero? Da igual, lo que importa es que tu imaginación vuelva a jugar.
4. Déjate llevar. Sin juicios, sin prisas, sin sentido.
Y ahí está el secreto: recuperar tu inocencia no es algo que “tengas” que hacer. Es algo que te permites hacer.
Porque cuando te das permiso de ver el mundo con más ligereza, sin tanto análisis ni preocupación, algo mágico sucede: te sientes libre otra vez.
Haz la prueba (y dime qué viste en las nubes)
Hoy te reto a que te des al menos 10 minutos para probarlo. Solo 10. Luego cuéntame: ¿qué viste en las nubes? ¿Cómo te sentiste? ¿Te sorprendiste de lo fácil que fue conectar con esa parte tuya que creías olvidada?
Déjame un comentario y dime qué figuras aparecieron en el cielo para ti. Quién sabe, a lo mejor vemos lo mismo… o a lo mejor descubres algo que nadie más ha visto.




Deja un comentario