¿Sabes qué es lo primero que haces al levantarte? Quizá agarras el celular, revisas notificaciones, o incluso te quejas de lo cansado que estás. Yo lo he hecho mil veces, lo confieso. Pero déjame contarte algo: un pequeño cambio en tus pensamientos al despertar puede literalmente transformar tu día, tu mente y, con el tiempo, tu vida.
No, no es magia ni un truco barato. Es algo más sencillo y poderoso: afirmaciones. Y antes de que pienses “Eso no es para mí”, déjame explicarte algo.
Las afirmaciones no son otra cosa que palabras que eliges conscientemente para alimentar tu mente. Es como darle el menú más nutritivo a tu cerebro para que funcione mejor. Lo mejor es que tú decides cuáles son esas palabras. ¿Qué tal si te lo planteas como un experimento personal?
Te comparto esta idea: elige cuatro frases que realmente te resuenen. No importa si son profundas o simples, lo importante es que signifiquen algo para ti. Aquí van unos ejemplos para inspirarte:
1. Mi vida es feliz.
2. Elijo no dejar espacio para lo negativo.
3. Estoy satisfecho con mis logros.
4. Hoy estoy en paz conmigo mismo y con los demás.
¿Sientes cómo algo se mueve dentro de ti al leerlas? Eso es porque las palabras tienen poder, especialmente cuando las haces tuyas. El truco está en repetirlas, no una, ni dos, sino muchas veces al día.
¿Por qué funciona esto?
Cuando repites algo constantemente, tu mente empieza a aceptarlo como verdad. Literalmente, estás reprogramando tu cerebro. Y sí, suena un poco loco, pero es real. Es como entrenar un músculo: cuanto más lo haces, más fuerte se vuelve.
Por eso tantas personas meditan con mantras. Los mantras son como esas afirmaciones que eliges y repites hasta que empiezan a convertirse en parte de ti. De hecho, tú ya usas mantras, aunque no te des cuenta. ¿Cuántas veces te has dicho “no soy suficiente” o “esto no es para mí”? Esas también son afirmaciones, pero negativas. Ahora es momento de tomar el control.
¿Cómo hacerlo?
• Al despertar, en lugar de agarrar el celular, repite tus cuatro frases en voz alta o en silencio.
• Durante el día, cuando sientas estrés o dudas, vuélvelas a repetir.
• Antes de dormir, dedícale un momento a conectar con esas palabras y permítete creer en ellas.
Te prometo que no tienes que hacer grandes cambios en tu rutina, solo comprométete a probarlo. Y aquí está lo mágico: cuanto más las repites, más las crees. Y cuanto más las crees, más empiezas a notar cómo todo a tu alrededor cambia, porque tú estás cambiando.
¿Y sabes qué es lo más bonito de todo? Que las afirmaciones no solo son un regalo para ti, sino para los que te rodean. Porque cuando estás más en paz contigo mismo, inspiras a otros a buscar lo mismo.
Hoy puede ser el día en que comiences este pequeño experimento. Solo cuatro frases. Solo tú y tus palabras. ¿Qué puedes perder? Piénsalo: ¿qué pasaría si realmente funciona?




Deja un comentario