Ok, vamos a ponernos sinceros: Ser paciente con las personas todo el tiempo suena a misión imposible, ¿verdad? A veces solo queremos un poquito de paz, silencio y que la gente no se cruce en nuestro camino con sus dramas y sus malas vibras. Pero aquí va un dato curioso que tiene todo que ver con la Kabbalah y con nuestro crecimiento personal: Justo en esos momentos incómodos está nuestra gran oportunidad de conectar con la Luz.
Ahora, no estoy diciendo que te conviertas en un ser de paz inquebrantable y que levites por encima de tus problemas (aunque sería épico). Lo que quiero compartir es una de las enseñanzas más poderosas de la Kabbalah: Salir de nuestra comodidad.
¿Por qué? Porque ahí está la magia.
En la Kabbalah, entendemos que cada interacción que tenemos con los demás, cada encuentro, cada cruce de caminos, es una oportunidad para revelar más luz en el mundo. Y lo más interesante es que no se trata de convertirte en un santo ni en una máquina de dar abrazos gratuitos (aunque los abrazos nunca están de más). Se trata de ser consciente de que cuando alguien te saca de quicio, es tu ego el que está saltando a la cancha.
Imagina por un momento que alguien te interrumpe en medio de algo importante. ¿Qué haces? ¿Le sueltas una mirada fulminante o respiras hondo, y en lugar de reaccionar, decides escuchar? Esto no solo cambia tu energía, sino que también transforma el ambiente. Porque, al final del día, tu paciencia y amor hacia los demás es un reflejo de cuánto te amas a ti mismo. ¡Es un juego mental épico!
La trampa de la comodidad
Es súper fácil ser amable y amoroso cuando todo va de maravilla. ¿Pero qué tal cuando te topas con la persona que te frustra o te provoca? Es ahí donde se encuentra la verdadera prueba. En la Kabbalah, sabemos que esos encuentros no son casualidad. Se dice que esas personas están ahí para desafiarnos, para ayudarnos a pulirnos y acercarnos más a nuestro ser espiritual. ¡Son maestros disfrazados!
Entonces, ¿qué tal si hoy tomas la decisión de ver a esas personas como tus entrenadores cósmicos? Ellos están ahí para ayudarte a expandir tu capacidad de amar y de ser paciente. ¡Piénsalo! No estás siendo amoroso solo para ellos, sino para ti mismo.
Un pequeño experimento
Aquí va el reto del día: cada vez que sientas que alguien te está sacando de tu casilla de paz interior, respira profundo y repite en tu mente: «Este es mi momento de conectar con la Luz». Te aseguro que sentirás una diferencia gigante en tu estado de ánimo y, lo mejor de todo, en el impacto que tienes en los demás.
No estamos hablando de cambiar al mundo en un día (aunque sería grandioso), sino de hacer pequeños actos de amor que, acumulados, pueden transformar toda tu realidad. Y no te olvides de algo importante: la paciencia y el amor son músculos que se entrenan, y cada persona que te cruces hoy es parte de tu gimnasio emocional.
¿Te atreves?
Hoy puede ser el día en que decidas salir de tu zona de confort y ser esa versión más amorosa de ti mismo. Al final, la Kabbalah nos enseña que todo se trata de revelar la Luz en los lugares más oscuros, y a veces, esos lugares son simplemente nuestras interacciones cotidianas.
¡Atrévete a salir de tu comodidad y sorpréndete de lo que puedes lograr!




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