¡¡¡ Cero estrés, cero maldad !!!

¿Sabes que un día, platicando con mi maestro, me contó una historia que me dejó boquiabierto? Imagínate la escena: estábamos sentados bajo un árbol, con una brisa fresca y el sonido de los pájaros de fondo. De repente, me pregunta: «¿Sabes por qué las rosas no deben colocarse cerca de otras flores, como las margaritas?»

Lo primero que pensé fue: «¡Por presumidas!» Pero, ¡oh sorpresa!, mi maestro me dijo que no, que no era por eso. Resulta que cuando las rosas se ven rodeadas de otras flores, se sienten feas y, tristemente, se dejan morir. ¡Sí, así como lo oyes!

Una rosa nunca ha creído ser la flor más hermosa, aunque siempre lucha por serlo. Nosotros, los humanos, sabemos que es una de las flores más bellas del jardín. Pero la rosa no lo ve así. Siempre se compara y se siente inferior.

Esto me hizo reflexionar profundamente. ¿Cuántas veces no hemos escuchado historias de mujeres y hombres que se sienten como estas rosas? Cuando ven que la belleza a su alrededor es de una forma, tratan de asemejarse, de ser una más del montón. Se someten a cirugías y otros procedimientos para parecerse a algo que, irónicamente, les aleja de su verdadera belleza.

Pero aquí está la lección, amigos míos. Los demás notamos que, precisamente por ser tan diferentes y únicos, son una belleza exótica y distinta. Cada uno de nosotros es especial a su manera.

¿Te queda el saco? ¿Alguna vez te has sentido feo o fea frente a tus amigos o familiares? Pero, ¡qué importa! Si tú eres la rosa, y no las miles de margaritas.

Recuerda, la belleza no es sobre encajar en un molde, sino sobre destacar con tu propia esencia. Así que, la próxima vez que te sientas inseguro o insegura, piensa en la rosa. Eres único, y eso te hace increíblemente hermoso o hermosa. ¡Ánimo y a florecer con todo tu esplendor!