¿Alguna vez te has preguntado cómo se relacionan el amor y la humildad? Pues resulta que están más conectados de lo que pensamos. La verdadera humildad no te desmoraliza; al contrario, te llena de amor y alegría, sin rastro de miedo. Si alguna vez sientes que tu humildad te hace sentir menos o te quita la capacidad de amar, es hora de revisarla. Podrías estar confundiendo la humildad con baja autoestima, y eso es algo que no queremos.
La humildad auténtica trae amor porque te permite elevarte por encima de tus propias necesidades y enfocarte en los demás. En cambio, la arrogancia disfrazada de amor es solo otra forma de amarte a ti mismo, o peor, usar a los demás como una extensión de tu propio ego.
Pregúntate: ¿La humildad me hace más cariñoso y generoso? ¿Me expande o me limita? ¿Soy humilde y feliz, o humilde y miserable? Estas son preguntas importantes para entender si estamos en el camino correcto.
Ejercicio del Día:
Antes de rezar con humildad y reconocer el vasto universo, da algo a la caridad. Este simple acto puede ayudarte a conectar con la verdadera humildad y el amor.
Recuerda, la humildad y el amor van de la mano. Una humildad sana siempre te hará sentir más pleno y capaz de amar a los demás sin condiciones.
¡¡¡ Cero estrés, cero maldad !!! 
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