¡Hola a todos!
Hoy quiero hablarles de un tema súper interesante y útil: Persistencia en Persistencia. Todos tenemos esa chispa interna de voluntad y determinación, pero a veces, nuestra conducta puede ser un poco errática y nos preguntamos por qué. Así que vamos a desmenuzar esto un poco.
La Fuerza de la Voluntad
Primero que nada, es importante reconocer que todos somos capaces de tolerar más de lo que imaginamos y de superar las circunstancias más difíciles. La pregunta del millón es: ¿Cómo podemos ser más consistentes y menos cambiantes en nuestra determinación?
Reflexiona Sobre Tu Comportamiento
Aquí te dejo algunas preguntas clave para que te autoevalúes:
- ¿Es errática mi conducta? Piensa si tus acciones y decisiones son coherentes o si cambian de un momento a otro sin razón aparente.
- ¿Soy consistente y digno de fiar? Evalúa si los demás pueden confiar en ti y en tu palabra.
- ¿Si tengo voluntad y determinación, por qué soy tan cambiante? Reflexiona sobre los motivos detrás de tu inconsistencia.
- ¿Tengo miedo de acceder a mi tenacidad y capacidad para comprometerme con algo? A veces, el compromiso puede dar miedo porque implica responsabilidad.
- ¿Temo quedar atrapado por mi compromiso? Si es así, ¿por qué? Busca si hay alguna experiencia pasada que esté influyendo en tu percepción.
- ¿Es una reacción a algún trauma del pasado? Muchas veces, nuestras conductas actuales son respuestas a experiencias anteriores.
Persistencia en Malas Experiencias
Otra cosa interesante a considerar es si, en lugar de cultivar persistencia en áreas saludables, hemos desarrollado una capacidad de persistencia para las malas experiencias. Pregúntate:
- ¿Soporto más el dolor que el placer? A veces, nos acostumbramos tanto a lidiar con lo negativo que se nos olvida cómo disfrutar de lo positivo.
- ¿Subestimo mi capacidad para persistir? No te menosprecies, eres más fuerte de lo que piensas.
Ejercicio del Día
Ahora, te invito a un pequeño reto: Comprométete a desarrollar un nuevo buen hábito. Puede ser algo sencillo como leer 10 minutos al día, hacer ejercicio, o meditar. La clave está en ser constante y paciente contigo mismo.
Recuerda, la persistencia es como un músculo, entre más la ejercitas, más fuerte se vuelve. Así que ¡ánimo y a trabajar en esa voluntad de hierro!
Nos vemos en el próximo post.
¡Un abrazo!




Deja un comentario