Enseñar con Respeto: La Disciplina que Empodera
¡Qué tal, amigos! Hoy vamos a hablar de un tema super importante en nuestra vida diaria y especialmente en la educación: la disciplina. Pero no cualquier disciplina, sino una que construye, que levanta, que empodera.
Todos sabemos que la disciplina es necesaria, pero ¿cómo sabemos si lo estamos haciendo bien? Simple: la verdadera disciplina debe hacer sentir a la persona más digna, más valiosa. Si lo que conseguimos es sentirnos o hacer sentir a otros pequeños o menospreciados, entonces eso no es disciplina. Es algo que debemos evitar a toda costa.
Piénsalo, la disciplina debería ser como ese entrenador que te alienta a ser mejor, que te desafía a superarte y que celebra tus avances. Debe promover la autoestima y permitir que cada quien maneje su vida de manera más autónoma y responsable.
Entonces, al reflexionar sobre nuestras prácticas, aquí van unas preguntas clave:
- ¿Mi forma de disciplinar eleva y enriquece el espíritu humano?
- ¿Esta disciplina refuerza mi carácter y el de los demás a mi alrededor?
Esto es fundamental porque la disciplina tiene un efecto dominó. No solo te afecta a ti, sino a todos los que interactúan contigo.
Y como tarea del día, te propongo lo siguiente: la próxima vez que necesites guiar o corregir a alguien, sea tu hijo, un estudiante, o incluso un colega, hazlo de manera que fomentes su respeto propio. No solo estarás corrigiendo un error, estarás ayudando a construir una persona más fuerte y segura.
En resumen, busquemos ser esos líderes que disciplinan, pero siempre desde el respeto y la dignificación del otro. Que nuestra disciplina no sea motivo de temor, sino de inspiración y crecimiento personal. ¡Vamos a transformar la disciplina en una herramienta de empoderamiento!




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