¡¡¡ Cero estrés, cero maldad !!!

En las palabras de Séneca, encontramos una verdad incómoda: a menudo, somos engañados y divididos por nuestros propios deseos y pensamientos. La realidad, en toda su complejidad, nos confunde y, en lugar de abrazar el bien, nos encontramos abrazando el mal sin siquiera darnos cuenta.

Esta división interna se manifiesta de diversas formas. Una mujer que busca el amor verdadero pero se rodea de personas que no le aportan valor, un hombre que anhela un buen trabajo pero no se esfuerza por buscarlo, o ejecutivos que intentan seguir dos estrategias a la vez solo para descubrir que ambas fracasan. Todos ellos, y nosotros mismos, estamos engañados y divididos.

Martin Luther King hablaba de una «guerra civil» en nuestras vidas, una batalla entre el lado bueno y el malo del alma de cada individuo. Los estoicos, por su parte, creían que esta guerra interna es el resultado de nuestros deseos contradictorios, nuestros juicios retorcidos y nuestros pensamientos parciales.

El primer paso para resolver esta división es reconocerla. Debemos preguntarnos sinceramente: ¿Qué es lo que realmente quiero? ¿Qué estoy buscando con esto? Al hacerlo, podemos descubrir cuántos deseos conflictivos e inconsistentes albergamos y comenzar a trabajar para armonizarlos.

Aquí hay algunas estrategias para superar la división interna:

1. Reflexiona sobre tus verdaderos deseos: Tómate un tiempo para explorar lo que realmente quieres en la vida, más allá de las expectativas sociales o las presiones externas.
2. Establece prioridades claras: Una vez que hayas identificado tus deseos auténticos, clasifícalos en orden de importancia para evitar conflictos internos.
3. Sé coherente en tus acciones: Asegúrate de que tus acciones estén alineadas con tus valores y objetivos. La coherencia es clave para evitar la división interna.
4. Busca equilibrio: Reconoce que no todos los deseos pueden satisfacerse al mismo tiempo. Aprende a encontrar un equilibrio entre tus necesidades y aspiraciones.

Al abordar la división interna con honestidad y determinación, podemos dejar de sabotearnos y avanzar hacia una vida más coherente y satisfactoria. Recuerda, la guerra civil en tu alma solo puede ser ganada con la claridad de tus deseos y la unidad de tus acciones.