No Siempre Puedes Crear Lo Que Quieres: La Sabiduría de Elegir y Renunciar

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Imagina a un niño intentando sacar un puñado de dulces de un tarro con cuello estrecho. Si se aferra a demasiados, su mano quedará atrapada y terminará llorando de frustración. La solución es simple: soltar algunos dulces para liberar la mano. Esta sencilla historia nos enseña una valiosa lección sobre el deseo y la moderación.

Vivimos en una época que nos dice que «podemos tenerlo todo»: trabajo, familia, objetivos, éxito y tiempo libre. Queremos todo, y lo queremos ya. Pero, ¿es esto realmente posible? ¿O estamos simplemente llenando nuestras manos con demasiados dulces, incapaces de liberarnos?

En la antigua Grecia, el salón de clases (scholeion) era un lugar de ocio donde los estudiantes contemplaban las cosas superiores (lo bueno, lo verdadero y lo hermoso) para vivir una vida mejor. Se trataba de priorizar y cuestionar las prioridades del mundo exterior. Hoy en día, parecemos estar demasiado ocupados acumulando cosas, como esos niños con las manos en el tarro de galletas, como para cuestionarnos nada.

Epicteto, el famoso filósofo estoico, nos aconseja: «No desees mucho». Esta es una invitación a centrarnos, a priorizar y entrenar nuestra mente para preguntar: ¿Realmente necesito esto? ¿Qué pasaría si no lo tengo? ¿Puedo arreglármelas sin esto?

Al encontrar respuestas a estas preguntas, podemos aprender a relajarnos y a prescindir de las cosas innecesarias que nos mantienen ocupados y agobiados, impidiéndonos tener una vida equilibrada y feliz. Así que la próxima vez que te encuentres deseando tenerlo todo, recuerda soltar algunos «dulces» para liberar tu mano y tu corazón.

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