Pesadillas Diurnas: Cuando el Miedo Solo Vive en la Mente

Written by:

¿Alguna vez te has despertado de una pesadilla sintiéndote completamente aliviado al darte cuenta de que solo era un sueño? Esa sensación de alivio es incomparable, ¿verdad? Pero, ¿y si te dijera que muchas veces, durante el día, vivimos atrapados en pesadillas de las que también podemos despertar? Sí, estoy hablando de esos miedos y preocupaciones que nos consumen, pero que, al final del día, son tan reales como el monstruo debajo de tu cama.

Raymond Chandler, en una carta a su editor, nos pintó de cuerpo entero cuando dijo que rara vez recordaba el pasado pero que frecuentemente se encontraba ansioso por el futuro. Y no está solo en esto. Desde Thomas Jefferson hasta Séneca, la historia está llena de mentes brillantes que han reflexionado sobre cómo los males que más nos atormentan son, en su mayoría, fruto de nuestra propia imaginación.

Es fascinante, y un poco irónico, cómo nos preocupamos por escenarios que nunca suceden. Construimos en nuestra mente historias completas con dramas y tragedias que rivalizarían con cualquier telenovela. Pero, ¿cuántas de estas historias se hacen realidad? Muy pocas. Y, sin embargo, permitimos que estas «pesadillas diurnas» dicten cómo nos sentimos y cómo actuamos.

En nuestros sueños, raramente nos detenemos a cuestionar la realidad de lo que estamos experimentando. Nos dejamos llevar por la corriente, sin importar cuán absurdo o surrealista sea el sueño. De manera similar, en la vida real, a menudo reaccionamos a nuestras emociones y miedos sin detenernos a cuestionar su validez o realidad. Nos enfadamos, nos asustamos, o nos preocupamos por situaciones que, si las miráramos objetivamente, podríamos ver como los sueños absurdos que son.

El enfado, el miedo, la ansiedad… son como vivir una pesadilla con los ojos abiertos. La causa de tu perturbación puede no ser real, pero tu reacción sí lo es, y esas reacciones pueden tener consecuencias muy reales en tu vida. Por eso, es crucial «despertar» y darse cuenta de que muchas de las cosas que nos perturban son como las pesadillas: ilusiones creadas por nuestra mente.

Así que la próxima vez que te encuentres consumido por la preocupación o el miedo, intenta dar un paso atrás. Pregúntate: ¿Esto es realmente algo por lo que debería estar preocupado? ¿O estoy simplemente atrapado en una pesadilla diurna, asustado por monstruos que no existen fuera de mi imaginación?

Despertar de estas pesadillas diurnas no siempre es fácil, pero es posible. Al igual que al despertar de un sueño, podemos mirar nuestras preocupaciones bajo una nueva luz y darnos cuenta de que, después de todo, solo eran pesadillas. Y al hacerlo, podemos liberarnos de la parálisis que estos miedos imaginarios pueden causar.

Enfrentémoslo, la vida ya tiene suficientes desafíos reales como para perder el tiempo preocupándonos por los que no existen. Así que, ¿por qué no nos esforzamos más en despertar de estas pesadillas autoimpuestas y empezamos a vivir con un poco más de paz? Después de todo, la única cosa más liberadora que despertar de una mala pesadilla, es darse cuenta de que nunca necesitaste tener miedo en primer lugar.

Deja un comentario