¡Amig@, qué gusto saludarte en esta onda positiva y llena de buena vibra! Aquí estamos, listos para desentrañar el misterio de esa mirada mágica que nos invita a conocernos mejor.
Imagínate, según la kabbalah, esa mirada va más allá de lo físico, es como conectarte con tu esencia más profunda, donde reside el verdadero potencial. Es como si activaras tu propio chispazo divino, ¿qué tal eso?
Entonces, cuando eliges mirarte con esa perspectiva apreciativa, estás aplicando un principio kabbalístico de reconocer la chispa divina en todo. ¡Sí, todo! Hasta en esos días en que parece que todo va del revés.
Y aquí va otra joyita: el principio de la unidad. Resulta que esa mirada tuya es como un hilo que te conecta con el universo. Al reconocer tus logros y superaciones, te alineas con esa energía positiva que fluye por todo el cosmos. ¿No es eso increíble?
En la kabbalah también se habla de la importancia de la gratitud, y eso encaja perfecto con esa mirada que agradece cada paso que has dado. Es como decirle al universo, «¡Hey, gracias por todas las oportunidades de crecer y ser increíble!»
Así que, resumidito, al adoptar esa mirada de «creo en mí», estás alineándote con principios kabbalísticos que te conectan con tu esencia divina y el vasto universo. ¡Qué bonito, verdad! Ahora, a brillar con luz propia, como todo un maestro kabbalista de la vida. 🌌💫

¡Listo para un ejercicio que te elevará el ánimo! Encuentra un espejo, mírate a los ojos y repite en voz alta: «Creo en mí, confío en mí y yo puedo». Observa cómo esa mirada apreciativa ilumina tus fortalezas. Ahora, enumera tres logros pasados, grandes o pequeños, y agradece por ellos. ¡Te aseguro que sentirás la fuerza y determinación que necesitas para brillar! 🌟



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