Imagínate a un sabio, pero no en esas colinas verdes y silenciosas o en un templo sereno. No, este sabio es como tú y yo, lidiando con la vida cotidiana. Piensa en una esposa valiente esperando a su soldado, o en un trabajador en su empresa. A pesar de todo eso, este sabio se mantiene en paz.
Los sabios nos enseñan que la calma y la estabilidad no dependen de lo que sucede a nuestro alrededor, sino de cómo manejamos nuestras elecciones y juicios. Si tratas de escapar de las interrupciones, como otras personas, el estrés o los problemas externos, te persiguirán como sombras inquietantes.
La clave está en ser constante y estable donde te encuentres. No puedes controlar todo lo que te rodea, pero sí puedes controlar tus reacciones. Así que, en lugar de huir, abraza la constancia y la estabilidad en tu propio ser. Esa es la receta del sabio para una vida tranquila en medio del bullicio.
Recuerda, la inconstancia solo te traerá más preocupaciones. ¡Sé el sabio de tu propia historia y mantén la calma sin importar las circunstancias!




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