Imagina esto: la vida es como un gran buffet en el que te sirven platos del destino, algunos deliciosos y otros un poco picantes. Ahora, ¿qué puedes controlar en este festín de la existencia?
Las Cosas en tus Manos
En tu plato de control, tienes la opinión, las inclinaciones, tus deseos y aversiones, en resumen, tus propias acciones. ¡Es como ser el chef de tu propia vida! Puedes sazonar tus acciones con la especia de tu elección, o en este caso, con tus pensamientos y sentimientos. Lo importante es que nadie más te dice cómo cocinar tu vida.
Las Cosas que se Salen de tus Manos
Ahora, aquí viene la parte interesante: todo lo que no está en tu plato de control. Tu cuerpo, las riquezas, la reputación, los cargos y prácticamente todo lo que no son tus propias acciones son como esos platillos que no puedes modificar en el buffet. No importa cuánto desees que ese platillo sea diferente, simplemente no puedes cambiarlo.
El Juego Mental
Entonces, ¿qué haces cuando te sirven un plato picante? No puedes cambiar el sabor del platillo en sí, pero lo que puedes cambiar es cómo lo percibes. Aquí es donde entra en juego tu opinión. Imagina que ese plato picante es como un desafío en tu vida. Puedes elegir si lo ves como una oportunidad para crecer o simplemente como algo incómodo.
Descubriendo tu Poder Interior
Aunque no tengas control sobre los eventos externos, tienes un poder ilimitado sobre tu mente. Puedes elegir cómo reaccionar a las situaciones, cómo interpretarlas y cómo dejar que te afecten. Esta habilidad te da una ventaja increíble en la vida.
Todo es Cuestión de Perspectiva
Todo se reduce a cómo decides saborear la vida. No puedes cambiar el menú que te sirven, pero puedes elegir cómo disfrutarlo. Así que la próxima vez que te enfrentes a un plato picante en la vida, recuerda que tu poder está en cómo eliges condimentarlo en tu mente.
Así que, recuerda que aunque no puedas controlar todo lo que sucede afuera, siempre tienes el control sobre cómo lo manejas en tu mente. ¡A disfrutar de tu banquete de la vida! 🍽️🌟
- Encuentra un lugar tranquilo donde puedas reflexionar sin distracciones.
- Toma papel y un bolígrafo, o utiliza tu dispositivo si lo prefieres.
- Haz una lista de las cosas que te preocupan o te generan estrés en tu vida en este momento. Pueden ser situaciones personales, laborales, relaciones, etc.
- Ahora, divide tu lista en dos columnas. En una columna, anota las cosas que puedes controlar, como tus reacciones, decisiones y pensamientos. En la otra columna, anota las cosas que están fuera de tu control, como las acciones de otras personas o eventos inesperados.
- Reflexiona sobre la lista de cosas que puedes controlar. ¿Cómo puedes utilizar tu control sobre tus pensamientos y acciones para abordar estas situaciones de manera más efectiva y positiva?
- Ahora, piensa en la lista de cosas que no puedes controlar. ¿Cómo puedes cambiar tu perspectiva o actitud hacia estas situaciones para reducir el estrés que generan?
- Escribe un breve plan de acción para lidiar con las situaciones que puedes controlar de manera más efectiva y un plan para cambiar tu perspectiva en las situaciones que no puedes controlar.

Este ejercicio te ayudará a identificar lo que está en tu “plato de control” y lo que no lo está, y te dará una guía práctica para abordar las situaciones de manera más tranquila y sabia.



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