¡Bienvenidos, amigos, a un viaje de autoaceptación y autenticidad en la danza de la vida! Siempre buscamos ese equilibrio mágico que promete la felicidad. Pero, ¿se han preguntado cómo sería el día sin la noche o el blanco sin el negro? La verdad es que la vida es un baile de opuestos, y no podemos tener uno sin el otro.
A menudo huimos de nuestros propios demonios internos, nuestra «oscuridad», lo que no nos gusta de nosotros mismos. Pero, ¿se han parado a pensar en lo que seríamos sin esos aspectos? La respuesta es simple: seríamos incompletos. La totalidad de nuestra existencia incluye tanto la luz como la sombra.
¿Y qué tal la naturaleza? ¿Buena o mala? Algunos dirán que es buena por sus paisajes impresionantes, pero, ¿qué pasa con los desastres naturales y los dramas en el reino animal? La naturaleza, al igual que nosotros, simplemente es. No busca ser buena o mala; solo sigue su curso natural.
Aquí está la gran revelación: nosotros tampoco buscamos ser buenos o malos. La vida nos lleva por caminos inexplorados, creando una mezcla de acciones y reacciones, pero no definimos como «buenas» o «malas» nuestras elecciones. ¡Solo son elecciones!
El secreto para vivir con tranquilidad es dejar de juzgarnos a nosotros mismos y a los demás. En lugar de huir de nuestra propia oscuridad, enfrentémosla con valentía. Cuando iluminamos nuestras sombras, abrimos la puerta a la aceptación de quienes somos en realidad.
Así que, amigos, en este baile de la vida, no hay lugar para etiquetas de bondad o maldad. Abrazar nuestra totalidad y vivir con autenticidad nos lleva a una existencia más plena y serena. ¡Así que, salgamos a la pista y bailemos con todas las luces y sombras que somos! 🕺💃




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