Hoy les traigo un mensaje muy importante sobre la persistencia y el amor. ¿Han notado que cuando algo nos importa de verdad, nos esforzamos al máximo por mantenerlo a flote? Puede ser nuestro trabajo, nuestra familia o nuestras decisiones. Pero para que nuestra persistencia sea efectiva, necesitamos amar aquello por lo que luchamos.
La persistencia sin amor puede ser contraproducente. Es importante ser protector y cariñoso en nuestro afán por lograr nuestras metas. Si somos demasiado rígidos y agresivos en nuestra determinación, podemos alejar a los demás y socavar su cooperación.
Por eso, les propongo un ejercicio para el día de hoy. Cuando luchemos por algo que nos importa, detengámonos un instante para asegurarnos de que estamos actuando con cariño y paciencia. ¿Estamos siendo flexibles y considerados con los demás? ¿Estamos cooperando con ellos por amor, o por pura fuerza de voluntad?
También es importante preguntarnos si estamos dispuestos a hacer daño a otros en nuestro afán por tener razón. ¿Creemos que el fin justifica los medios? ¿O estamos dispuestos a frenar si nuestros métodos no son cariñosos?
En resumen, amigos y amigas, la persistencia y el amor van de la mano. Si queremos lograr algo de manera efectiva, necesitamos amar aquello por lo que luchamos y actuar con paciencia y consideración hacia los demás. ¡A persistir con cariño!
