¡Eh tú, sí tú! ¿Eres una persona compasiva? ¿Eres capaz de demostrar compasión de forma persistente y consistente? ¡Vamos, no te hagas el desentendido! ¿Tu compasión es tan real como la vida misma, o es tan fantasiosa como un unicornio mágico?
Si quieres ser un héroe de la compasión, necesitas hacer estas preguntas a ti mismo: ¿Puedo mantener mi compasión como la fuerza principal en mi vida? ¿Puedo ser compasivo incluso cuando estoy ocupado con otras tareas, o solo cuando me conviene? ¿Estoy dispuesto a levantarme y luchar por otros, incluso cuando eso signifique enfrentar una posición impopular?
Así que, en este día ajetreado, te propongo un reto: tómate un momento para llamar a alguien que necesite una palabra de aliento o compasión. Defiende a alguien que necesite simpatía, incluso si eso significa ir en contra de la corriente. ¡Muestra al mundo que tu compasión es real y que no temes demostrarla!
