¿Sabías que si vives a una altura de 2500 metros necesitas más líquidos porque respiras más rápido y, por lo mismo, pierdes más líquidos?

¿Sabías que cuando haces ejercicio debes hidratarte antes, durante y después de hacerlo?

¿Sabías que si vives en un clima cálido, húmedo, templado y seco, sudas más y pierdes más líquidos? Y lo mismo pasa si te enfermas o si estás embarazada.

En los años 40, la Academia Nacional de Ciencias propuso que se tomara un mililitro de líquido por cada caloría consumida. Si hacemos el cálculo, a partir de 2000 calorías diarias equivale a 8 vasos de agua al día.

Nuestro cuerpo es muy sabio, y si llegas a tener sed es porque hay cierto grado de deshidratación, y el cuerpo pide agua. Pero es mejor no esperar a tener sed, porque si el cuerpo empezó a deshidratarse, no funciona bien.

Una forma para saber qué tan deshidratados estamos es según el color de la orina; si es transparente y en buena cantidad, es que estás bien hidratado, pero si es poca y muy amarilla, es que te falta agua.

Hoy hazte consciente de la cantidad de agua que ingieres, porque el agua es el elixir de la vida; el 75% de nuestro cuerpo es agua, dale lo que necesita y hasta bajarás de peso.