Los sueños son la puerta a nuestro inconsciente, guardan todas las respuestas que siempre buscamos; efectivamente, a veces no son tan claros como quisiéramos, ya que están llenos de arquetipos y símbolos, pero si los escribimos podemos entender con claridad lo que nos tratan de decir.
Al traer algo en tu cabeza que no te deja en paz es porque sientes que está inconcluso, ya sea un altercado con un amigo, problemas de dinero, de salud, etc.
Cuando dormimos, la glándula pituitaria libera una sustancia que adormece el cuerpo y se conecta al inconsciente; éste manda datos clave acerca de nosotros, pero despertamos, nos metemos a bañar y toda esa información se desvanece.
Si queremos hacer cambios importantes en nuestras vidas, y vaya que éste es uno de ellos, no podemos dejar escapar todo lo que nuestro inconsciente tiene que decirnos; es momento de escucharlo.
Tal vez me digas: Cuando me despierto no me acuerdo de mis sueños.
Pero si pones interés en tus sueños te será mucho más fácil recordarlos.
Y otro punto esencial es no activar la alarma, porque el sonido te regresa abruptamente del sueño e impide acordarte.
Esta vez, al despertar, vas a escribir lo más rápido posible el sueño que tengas.
Te recomiendo escribir tus sueños durante un mes y te sorprenderá el caudal de información para concretar una respuesta clara.
