Hoy debes darte crédito;

¿cuántas veces te autocríticas o te exiges en demasía?

Pero eso sí, ¿cuándo te echas porras?

¿Cuándo dices bravo por todo lo que he logrado hasta el día de hoy?

Sin importar qué tanto ha sido, simplemente échate las porras que mereces, di: ¡Soy lo máximo! ¡Qué padre que he llegado hasta este punto! ¡Gracias a lo que viví soy lo que soy!

Si no lo hacemos, nos convertimos en personas para las que nada es suficiente.

Debemos aprender a estar satisfechos; es como querer comer y comer y nunca saciarte. Tarde o temprano vamos a explotar. Aquí te dejo estas preguntas para que las contestes:

¿Qué has logrado hasta el día de hoy?

¿Por cuántas dificultades has tenido que pasar para llegar hasta aquí? ¿Qué parte de tu vida merece el mejor aplauso?

¿Con qué te puedes sentir satisfech@?

¿Quién eres hoy y gracias a qué?

Bueno, al responder estas preguntas, te pido que no te metas la pata diciendo: Me pudo haber ido mejor, o No es suficiente o No soy feliz con lo que he logrado.

Uno debe estar agradecido hasta de estar vivo, a pesar de todos los obstáculos en la vida. ¡Date crédito!