Esta historia habla de una mujer que se encontraba en la etapa terminal de su vida, y cuando le preguntaron cómo deseaba morir, ella contestó:—Quisiera estar vestida de blanco y que me entierren cerca de mis seres queridos, pero sobre todo quiero llevar conmigo un tenedor en la mano.
La familia, desconcertada, le preguntó:
—¿Pero cómo un tenedor? No entendemos.
Ella respondió:
—Cuando era niña, a la hora de la comida siempre me decían: Conserva el tenedor porque falta el postre. Para mí el postre era lo mejor de toda la comida: pays, chocolates, bombones, pasteles, era lo más dulce de mis alimentos. Por ello, cuando me entierren y pregunten por qué llevo un tenedor en la mano, ustedes contestarán: Porque lo mejor está por venir.
Esta es una forma positiva de ver la muerte y no sufrirla como muchos lo hacen; simplemente hay que abrir los brazos y aceptar lo que venga con la mejor actitud.
Me encanta esta historia… consérvala y cuéntala a todo aquel que la necesite; por lo pronto, a mí entiérrenme con un tenedor en la mano.
