Qué te parece si el día de hoy decidimos ayudar a alguien de la calle, o a quien tú quieras, en la forma que quieras.
Para hacerlo, necesitas ponerle atención a la persona que vas a ayudar. Dado que una moneda no hace el milagro, platica con ella o él, escúchale, trata de darle un consejo, y quizás hasta puedes acudir a uno de este libro.
Si quieres darle dinero también puedes hacerlo, pero lo importante es que profundices más en su vida y que ambos puedan beneficiarse con esta acción.
Cuando lo hayas hecho, podrás palomear esta hoja y también tu alma, porque una ayuda así no solo favorece al otro, sino a uno mismo.
Dejemos de pensar solo en nuestro yo, en lo que yo quiero y no tengo, y preocupémonos por alguien más.
La respuesta que escucharás de quien ayudes será un mensaje clarísimo para ti, probablemente el mensaje que estabas buscando.
Las historias de los demás pueden darle una visión distinta a nuestras vidas, solo necesitas acercarte a ellos y escucharlos.
