Debemos ser como el árbol del sándalo, que perfuma hasta el hacha que lo corta.
En la vida vamos a toparnos con situaciones o seres que logran sacar nuestros monstruos, con personas que nos quieren ver la cara, abusivas, o que te pintan el cuerno y te cortan; pero recuerda, el agravio es suyo, no tuyo.
Debemos ser una reina o un rey desde el principio hasta el fin: enteros, nobles, que aceptamos y sabemos perdonar.
Siempre nos preguntaremos cómo es que encontramos a esa clase de gente destructiva. Es porque pocos tienen la capacidad de avanzar sin herir a los demás, de tener una gran nobleza, mientras que muchos vivimos con nuestro equipaje de problemas y nuestra armadura de personas inseguras los cuales nos hacen vulnerables cuando algo malo nos sucede y caemos en la incertidumbre, el miedo, el enojo, la falta de autoestima…
Hay que ser una persona noble, bondadosa y alegre que sabe perdonar…
Sé como el árbol del sándalo.
