Pinta un cuadro
Al pintar activamos el hemisferio derecho de nuestro cerebro, donde reside la sensibilidad, el sentido de la belleza, la creatividad, la música, los sueños, las metáforas, etc. Sin embargo, ejercitamos más el hemisferio izquierdo, que es el del análisis, la razón, los números.
Pintar obliga a tu mente a desarrollar sus capacidades intuitivas y mejora tu estado de ánimo. Otro punto clave con la pintura es que logras, por medio de los colores y las formas, sacar tus emociones más profundas.
Hoy mismo consíguete un lienzo y pinturas, no importa si son acrílicas, óleos, acuarelas o del tipo que prefieras, ¡y ponte a pintar!
Una pintura es como todo, necesita un comienzo y un final, un camino y un ritmo. Lo primero por hacer es no pensar tanto en la estructura de una pintura, solo cierra los ojos y ve los colores de tu vida.
¿Cómo podrías expresar tu vida en una pintura? Con árboles, paisajes, formas abstractas… No te detengas, este es tu cuadro y es mucho más valioso para ti que cualquier otro, porque eres tú.
Cuando te sientas listo no pienses por dónde empezar, simplemente suelta un brochazo sobre tu lienzo, y después otro y otro… al final habrás creado una obra de arte y quién sabe, quizás hasta descubras a tu artista interno.
Al final, cuando se lo enseñes a tu gente, platícales qué representa cada cosa para ti y entenderás por qué lo hiciste.
Te comparto uno, tú compárteme otro…
