No juzgues

el

Cómo nos encanta decir que tal persona está gorda o alguien está flaco.

Juzgamos como si fuéramos los amos de este planeta y criticamos sin piedad; una de las razones es porque nos reímos y nos hace sentir bien el que los demás se equivoquen como tú lo haces, y te vuelves más piadoso contigo.

¿Sabes que cuando criticas a alguien es una crítica que te haces a ti?

Todo el tiempo nos estamos proyectando en los demás: cuando vemos algo que no nos gustaría tener, o que lo tenemos y no nos gusta aceptarlo, o que deseamos tenerlo y no nos atrevemos a obtenerlo.

El día de hoy no habrá juicios para ti y, por lo tanto, no habrá juicios para los demás.

Hoy no juzgaremos a la gente, dejémosla vivir y punto.

Otorguémonos permiso antes de juzgar o criticar al prójimo, preguntémonos por qué lo hacemos y con qué finalidad.

Creo que te quedarás sin juicios por esta vez… Es cierto que todos tenemos cola que nos pisen, ¡no pises la tuya!

Después me dices cómo te sientes con esto de no juzgar ni criticar.

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