Estudiando tanatología, una maestra me hizo la pregunta más fuerte que me hayan hecho. Antes de decírtela, te cuento que hablábamos de religiones; un compañero dijo que era ateo, otra compañera dijo ser cristiana y que le parecía lo máximo, mientras otro dijo que era católico, y una más se inclinaba por el budismo.
Después de esto, la maestra dijo: No hablaré de sus religiones, pero sí de Dios. La pregunta era:
¿Cómo es tu Dios?
No importa si eres católico, budista, judío, testigo de Jehová o cristiano.
Lo importante es saber cómo es tu Dios.
_ ¿Tu Dios te habla por las noches? ¿Te escucha? ¿Te ama? ¿Te castiga? ¿Te comprende? ¿Tu Dios es una luz? ¿Es una mujer? ¿Es negro? ¿Tu Dios te perdona? ¿O simplemente es todopoderoso y te observa desde lo eterno?¿Cómo es tu Dios?_
Ahí fue cuando comprendí que no importan las tradiciones tan bellas que podamos tener, sino que la conversación que cada quien tiene con Dios sea completamente independiente.
Lo importante es ver cuál es la relación que tú tienes con él y, si es que no existe alguna, puedes empezar a crearla.
