Nunca es bueno juzgar a los demás, pero sí vale la pena tomarse un momento para entender cómo funciona una vida dedicada a satisfacer todos los caprichos.
En Bird by Bird , la escritora Anne Lamott bromea: «¿Alguna vez se han preguntado qué piensa Dios sobre el dinero? Solo hay que mirar a las personas a quienes se lo concede».
Sucede lo mismo con el placer. Fíjate en el dictador y su harén de amantes conspiradoras y manipuladoras.
Fíjate en la rapidez con la cual las fiestas de una joven estrella le generan alguna adicción y truncan su carrera.
Pregúntate: ¿Vale la pena? ¿Es realmente agradable?
Cuando desees algo o pienses complacer un vicio «inofensivo», acuérdate de si vale la pena.
