NO COMPLIQUES LAS COSAS MÁS DE LO NECESARIO

Si alguien te formula la pregunta de cómo se escribe el nombre de Antonino, ¿no te aplicarías a detallarle cada una de sus letras?

Y en caso de que se enfadasen, ¿replicarías tú también enfadándote? ¿No seguirías enumerando tranquilamente cada una de las letras?

De igual modo, también aquí, ten presente que todo deber se cumple mediante ciertos cálculos.

Es preciso mirarlos con atención sin turbarse ni molestarse con los que se molestan, y cumplir metódicamente lo propuesto

Este es un escenario frecuente. Estás trabajando con un colega frustrante o con un jefe difícil. Te piden que hagas algo y, como no te gusta el mensajero, te niegas de inmediato.

Existe algún que otro problema, o su petición es desagradable y grosera. Así que respondes: «No lo haré».

Entonces ellos se enojan y dejan de hacer algo que les habías pedido antes, por lo que el conflicto se intensifica.

Sin embargo, si pudieras dar un paso atrás y mirar las cosas con perspectiva y de forma objetiva, tal vez te darías cuenta de que no todo lo que te piden es ilógico.

De hecho, algunas cosas son muy fáciles o, por lo menos, aceptables. Además, si lo hicieras, las otras labores también podrían parecer más tolerables.

Enseguida habrías terminado.


La vida (y nuestro trabajo) ya son difíciles. No los compliquemos reaccionando de forma emocional ante asuntos insignificantes o provocando batallas que, para empezar, ni nos importan.

No permitamos que las emociones se interpongan con el kathêkon , las acciones sencillas y apropiadas que desembocan en la virtud.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s