Te despiertas, te levantas, trabajas, manejas, regresas a casa, y hasta el día siguiente.
Vivimos además con una actitud de esperar algo; que algo cambie, que algo llegue, que algo pase.
Lo peor es que no sabemos muy bien el qué.
Pero si hay algo que identifica nuestra forma de vivir, es el absentismo:
Estamos sin estar, pensamos sin sentir, vivimos sin vivir.
Y la vida es eso que hacemos cada día.
¿Qué tal si disfrutamos cada segundo, el despertar, trabajar, manejar, vivir?
