
Qué tal si escribes la historia de tu vida, puedes empezar con el clásico “había una vez”, trata de soltar tu lado imaginativo, tu lado infantil, el más juguetón.
Sintonízate con tu niño interno.
Elabora tu historia, juega a escribir.
Trata de darle un final feliz a tu historia.
Qué tal ai dibujas o pones imágenes para ilustrar tu cuento.