
Esta es la oportunidad de volver a replantear qué tipo de vasija seremos para que nos habite la Luz. ¿Qué clase de vehículos de la Luz seremos? ¿Podemos ser depositarios de la shejiná, la manifestación de la luz en este mundo?
¿Podemos ser cómo Di.os? Seres que comparten, seres que generan, que crean prosperidad, no quitando a otros, no envidiando sino usando nuestro potencial y talento para manifestar la majestuosidad de la Creación?