
Ser testigo de lo que ocurre, sin juicios, sin rechazo o aceptación.
Solo ser observador silencioso, como Aquel que yace en ti, en todo momento más allá de tus pensamientos, más allá de tus sentimientos, más allá de todo lo que acontece y más aquí de lo que parece.
La dualidad con que observamos el mundo nos aparta, nos separa de lo que lo que esta sucediendo en este momento.
Nosotros estamos sucediendo también permanentemente seamos o no conscientes de esto.
Somos Vida fluyendo en medio de este mundo cambiante y efímero.
Por ello mira, escucha y calla, solo observa y vive esto que está sucediendo porque eres parte de ello.