
Cada obstáculo que tienes con otra persona es un obstáculo entre la Luz y tú. Con toda la diplomacia posible, aborda a algunas de estas personas y hazles saber que si las has lastimado u ofendido, lo lamentas sinceramente. Entiende por qué se sienten heridos y acepta que les has causado ese dolor, sin poner excusas. Ya sea que ellos acepten tus disculpas o no, tu humildad revela Luz para ambos.