
Es fácil amar lo que te gusta de ti. Lo difícil es amar lo que no te gusta.
En ese caso prefieres no verlo, hacer como que no está, negarlo, rechazarlo.
Mientras sigas haciéndolo, estarás negando una parte de ti; te estas rechazando a ti.
Amarte a ti mismo implica amar todo lo que eres, tus luces y tus sombras, tu luz y tu oscuridad.
Ámate con honestidad, con la libertad de ser, con confianza y conocimiento de ti mismo, entregado a quien en realidad eres sin máscaras, sin condiciones, sin juicios.
Aprende a llenarte de tu presencia y a hacerte feliz; no le entregues esa responsabilidad a otros.