
A veces sin darnos cuenta somos el objeto del daño, de los problemas y de la desconexión emocional de otras personas; proyectan en nosotros muchos de sus miedos, inseguridades, y asuntos emocionales por resolver.
¿Te suena?
Pues quizá tú también lo hagas con otros.
Quizá cuando no te quieres bien, tampoco sabes querer bien a los demás.
Todo lo que no tenemos resuelto permanece y se proyecta.
Cuida lo que eres, lo que sientes, para poder proyectar lo mejor de ti en los demás.
Tus relaciones serán un reflejo de lo que eres, de lo que sientes y de lo que crees.
Y aprende a elegir: quédate con quien se quiere bien para que pueda quererte mejor.