
Nos posponemos.
Lo dejamos todo para el final.
Esperando todo el año para la semana de vacaciones.
Esperando toda la semana el día de descanso.
Viviendo el domingo pensando en el lunes.
Y así todo. Confieso que nunca lo he entendido.
Ahora contesta estas preguntas:
¿Y si no llega mañana?
¿Y si te pasas toda la vida trabajando esperando jubilarte para vivir, y no llegas?
Entonces habrás pasado por la vida en modo espera.
La vida no es para ser pospuesta, es para ser vivida.