5 días del Omer: Primera semana, Quinto día

el

HOD DE JÉSED

La Humildad en el Amor

No es bueno que en el amor el ego nos domine. En el verdadero amor debemos dejar a un lado nuestras formas ególatras. Esto no quiere decir que el amado no nos respete. Le debemos amar como a nosotros mismos, ni más ni menos. El orgullo y la soberbia no deben existir dentro del amor. El amor real no se ata a los condicionamientos del ego. La humildad en el amor invita a perdonar, se debe ceder cuando las circunstancias hacen peligrar el amor. No se debe ser orgulloso cuando hablamos de amor. Hod de Jésed nos enseña a perdonar cuando hay que perdonar, a ceder cuando hay que ceder. No se cede siempre a la arbitrariedad del otro. Pero no siempre se debe no ceder. No ceder nunca es un grave problema para la construcción del amor real.

El ser amado debe tener su espacio y yo debo tener el mío. Sin embargo, debo ceder. Habitualmente decimos: «Soy así: Si le gusta bien y, si no, también». Uno no es «así», ya que puede transformarse, puede ser mejor, puedes ceder para amar, porque el otro también cede cuando debe ceder.

Las mutuas concesiones son la llave del amor. Pero quien concede debe ser humilde; no concede por debilidad, sino para poder alcanzar la armonía. El amor no es un campo para la competencia, sino para el mutuo equilibrio y la búsqueda de un plan único. El amor une, la personalidad sin amor divide. No debo ceder siempre, para no caer en la humillación, ni el otro debe ceder siempre, para no ser humillado. Nadie debe perder su dignidad al ceder por amor. Porque el verdadero amor se construye manteniendo siempre nuestra dignidad.

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